Una sonrisa. Una carcajada. Un abrazo. Los niños con síndrome de Down (SD) son vistos como alegres, cariñosos y sociables. La interacción positiva con los demás es una fortaleza común para los pequeños con SD, pero también pueden tener desafíos socio-emocionales únicos.
La sociabilidad como una fortaleza y un desafío
Interactuar con otros, como muchos niños con SD buscan ávidamente, puede ser muy beneficioso cuando se trata de aprender. Como padre o cuidador, puedes aprovechar el deseo de tu niño a interactuar centrándose en actividades que le ayuden a fortalecer sus habilidades. Es más, las interacciones enfocadas pueden aumentar la atención de tu niño (algo difícil para los niños con SD).
Por otro lado, las situaciones en las que la interacción no es apropiada (durante el tiempo de descanso en la guardería, por ejemplo) pueden ser un desafío para los pequeños con SD. Pueden reaccionar con muestras de insatisfacción como la terquedad, la hiperactividad, la impulsividad y las rabietas.
Dificultad con la alfabetización emocional
Todos los pequeños luchan por identificar, comprender y manejar las emociones, pero esto puede ser especialmente difícil para los que tienen síndrome de Down, principalmente debido a los retrasos cognitivos y del lenguaje. Los sentimientos en torno a los desafíos típicos de los niños pequeños, como la frustración por una tarea difícil, no conseguir lo que quieren o compartir juguetes, pueden ser especialmente notorios bajo esta condición.
Aquí algunas cosas para tener en cuenta:
- Los niños con SD a menudo tienen dificultades para comunicar que están confundidos o para pedir ayuda. Permanece atento a tu niño, fíjate si parece estar inseguro frente a lo que se espera de una situación, e intervén ofreciéndole orientación.
- Utiliza el juego de simulación para representar situaciones difíciles y cómo manejarlas.
- Enséñale sobre las emociones y sentimientos, y modela las formas apropiadas de responder.
Establece límites
En un esfuerzo por ser positivos en el mundo de un niño con síndrome de Down, los padres y cuidadores pueden ser laxos para establecer límites y reforzarlos. Sin embargo, ten en cuenta que la disciplina es necesaria para todos los niños.
Aquí hay algunas estrategias que son útiles para todos los niños, pero especialmente para aquellos con SD:
- Ofrece opciones. Si tu niño se niega a dejar que le pongas la ropa, dale dos opciones y permite que elija la que quiera.
- Usa los escenarios de «si, entonces». Si tu niño hace lo que necesitas que haga, entonces él puede elegir lo que sigue.
- Acepta la distracción. Como los niños con SD se distraen fácilmente, puedes aprovechar eso para desviar su atención de una actividad no deseada.
- Compórtate lo mejor que puedas. Modela una manera apropiada de manejar una situación para ayudar a tu niño a escoger la mejor respuesta.
- Comprende que ignorar puede ser una ventaja. Un niño con SD anhela la interacción. Si tu niño está haciendo algo inapropiado, en lugar de reaccionar, no respondas inmediatamente al comportamiento. ¡Puede darse por vencido para llamar su atención de nuevo!
El consejo para llevar a casa
Los niños con SD tienen fortalezas y desafíos sociales y emocionales únicos. Cuando se trata de desafíos, puedes ofrecer apoyo sensible, orientación y límites para ayudar a tu niño a sentirse exitoso al lidiar con estas dificultades sociales y emocionales. Como en cualquier área del desarrollo, contar con la ayuda de profesionales capacitados para trabajar con el SD (especialmente si los desafíos de conducta de tu niño están interfiriendo con su funcionamiento o el de la familia) puede ofrecer una valiosa orientación.